1. |
El primer paso
03:58
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El primer paso
Pido sitio y no sé bien
si son míos estos pies
que tropiezan con el aire
que me ayudará a caer
y me agrietará la piel
cuando ya no quede nadie.
Soy la huella que no fue,
pero siempre quiso ser
una nube contra el sol,
lágrima del huracán
que le arranque al corazón…
el primer paso.
Cuando el humo deje ver,
su saliva mezclaré
con la sangre de mi boca
y, vestida de ciprés,
a la vida dejaré
para que se vuelva loca.
Soy el cierzo que murió
intentando detener
las agujas del reloj,
una sombra sin domar
que en su espalda deja ver…
el primer paso.
Quiero el polvo y el sudor,
el lamento y el placer
del sendero en que me pierda,
no habrá nada que esconder,
en el surco que pisé
volverá a girar la tierra.
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2. |
Inercia
04:09
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Inercia
Sentado en la fría oscuridad,
buscando la señal para tirar esa puerta,
tras lo que le hizo llorar:
la llave de su malestar se perdió entre las tinieblas.
Las tres de la mañana,
renunciar sin ton ni son:
fácil canción del que vivió por inercia.
Pero en sus entrañas ya no ruge la obsesión
de ser un dios con pintas de oveja negra.
Quiere ser el cómo, el cuándo y el porqué,
el que reviente en la pared el sucio reloj de arena,
recoger a manos llenas el querer,
cruzar el alambre sin red,
sentir que crece la hierba.
El viento sopla en su cara cuando vuelve a sonreír,
dentro de sí, por fin, profeta en su tierra.
Las mismas historias que ahora quiere revivir
son multitud de estrenos de cartelera.
Quiere ver el sol de un nuevo amanecer,
el dedo girando en la sien al ver vuestras putas mierdas,
entender las caras largas del ayer,
poder sentarse a los pies
de su querida inocencia.
Quiere ser el cómo, el cuándo y el porqué,
el que reviente en la pared el sucio reloj de arena,
recoger a manos llenas el querer,
cruzar el alambre sin red,
sentir que crece la hierba.
Ladrar, robar la sal al mar,
por fin llegará a jugar debajo de tus sábanas.
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3. |
En el borde
03:11
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En el borde
Llegó la hora,
no hay otra forma de cruzar
hacia las normas
que nos impidieron trepar
hasta la cruda realidad,
sabiendo que es tan fácil dejarse llevar
al borde de...
discursos incendiarios,
sentados, colgando los pies,
y es pues, un circo de humanos,
que van hacinados en un tren,
a su Edén.
Cambió de forma,
punto de encuentro a la ficción,
no existen dogmas
si vuela la imaginación.
Alcohol, pozo de ambición
tan hondo que es tan fácil perder el control,
la opción es ver...
crecer a la indigencia,
creencias que apagan la luz,
murió la voz de la conciencia
y, el eco de aplausos, convierte en virtud
la gratitud.
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4. |
Huellas
04:29
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Huellas
Sonrisas que hacen llorar a la sinceridad,
guiños como flechas que parten por la mitad
a este viejo corazón sediento de pasión
que aún lucha por salir del tedio en el que se escondió.
Pasos que dejaran huellas en la nieve
que la fiebre borrará,
demasiadas rejas todavía por serrar,
demasiados sueños sin alimentar.
Silencio tras la rebelión,
contra la inanición,
Cuatro Madres ahora esperan la resolución
de la jueza frialdad,
de la ley marcial;
en nuestra defensa sólo fue inseguridad.
Aquel traspiés sabe tan bien.
En el mundo al revés
no se clavan las miradas al anochecer,
demasiados vuelos por decreto que, tal vez,
sólo este cielo podrá detener.
Es el momento de poner
contra la pared
a este cruel destino tan tibio que nos lee.
En las orillas de la fobia
crecen las flores negras
que oscurecen la victoria
de las mentes enfermas.
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5. |
Bailando con el miedo
04:03
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Bailando con el miedo
Es una necesidad,
después de tanto joder:
ya no vas a respirar
con el odio en la piel.
Ella quiere escalar
tu escarpado terraplén;
y ahora ya no hay quien la pare.
Puñetazo en la mesa
y la princesa se esfumó,
ardió el mensaje y la botella.
En su rostro la ambición
cuando cruza el umbral,
ahí se queda en la prisión:
tú y tu puta frustración.
Sobredosis de mesura
fue la cura de su mal;
y el engendro se convirtió en piedra.
Reescribrir vuestra historia,
la victoria es elegir
la tela que queréis cortar,
el abrazo al despertar,
la sonrisa que atraviesa la niebla.
Ahora bailas con el miedo,
libre de falsa moral,
y desnudas al sincero
con tu dulce caminar.
Esos labios son la esencia,
la decencia cayó al mar,
arrastrando hacia la arena tu estela.
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6. |
Al ras
03:23
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Al ras
El humo es la señal:
fugarme o tambalear.
No es tarde para cambiar;
si es grave, esta noche duermo al ras.
Ya no vale mentir
y no hay de tiempo de disimular,
no sé qué hare sin ti:
perderé la cabeza al pensar
que ya no hay marcha atrás.
Me trabo al intentar hablarte
de lo que me hace temblar.
Resoplo una vez más,
recuerda: apuntar y disparar.
No fue tanto dolor
oírte decirme que no,
muchas gracias y adiós:
ya murió la leyenda
que ahondó en la indecisión.
No sé si despertaré arrepintiéndome
de todos los momentos
que perdí escondiéndome:
en la ambigüedad, el rey.
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7. |
Punto y final
03:28
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Punto y final
Prefiero verte huir a enjaular
tu corazón de animal,
y ahora tienes vez para volar,
con la intuición,
a lomos de un silencio que atronaba.
En cada estación,
los recuerdos nublan la visión
y el destino ahoga la voz.
Prefiero verte en pie que arrastrar
tu voluntad hacia un rincón,
y ahora tienes vía libre al sol,
y su calor tan limpio acaricia la mirada.
Somos la ambición del que sueña,
somos la pasión de la inmadurez
en la piel del que desnuda, por primera vez,
en la noche, a la timidez.
Un punto y final al claudicar;
por la boca que nunca debiste besar.
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8. |
Tierna suciedad
03:50
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Tierna suciedad
Un portal, un baño o una mansión,
el escenario del furor,
por tocarte en el corazón
sólo hasta que salga el sol,
el frio adiós parió un ya nos veremos,
dos besos ahora sin pasión:
el juego terminó.
Viajo solo al amanecer,
tras la tormenta, el vaivén,
quizás nos encontremos otra vez:
“Hola, ¿qué tal?”, seamos un placer,
sucio amor beodo sin conocimiento,
devotos de la religión, de la sinrazón…
Tócame.
Son horas de sinceridad, minutos de darnos la vida,
ven, vamos juntos a nadar en este mar de libertad.
Son horas de sinceridad, minutos de darnos la vida,
ven, vamos juntos a nadar en esta tierna suciedad.
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9. |
Mas
02:58
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Más
Un sinfín de historietas, sentados a la mesa una vez más,
sin tiempo de pensar en mártires o en proezas,
la lista negra nos vuelve a marcar:
más que arena, cal.
Más de un diván: no consigue hacernos cambiar.
Más de un cristal: no consigue hacernos parar.
Recorrer tu silueta con movimientos llenos de ansiedad,
buscando tempestad,
las heridas de la guerra son señales de un pasado sin cerrar:
niebla o claridad.
Más de un diván: no consigue hacernos soñar.
Más de un puñal: no consigue hacernos sangrar.
Más de un diván: no consigue hacernos cambiar.
Más de un cristal: no consigue hacernos parar.
Palabras que se escapan de los campos de batalla,
soñando con buscar la rendición,
cambiar de rumbo al viento con un ventilador
es nuestra única opción:
inviernos sin tus besos son pura imaginación.
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10. |
Hombres de bien
03:43
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Hombres de bien
Vuestra incapacidad
de sacarnos de las cloacas
acumula el hedor
y la insurrección.
Grandes dosis de evasión,
con un poquito de distancia,
disfrazan nuestro complot
de sumisión.
Somos los que alzamos
la voz a Dios,
gritándole dictador:
adiós a la cruel tradición
de ser normal.
No entra más mierda debajo
de la alfombra que seguís
usando para tapar
nuestro latir.
Por la paz, mediocridad:
resignarse es el delito.
Somos más, pero quizás
faltas tú.
Sois los que calmasteis la sed
de ser los dueños de la ciudad:
rezad para poder encontrar
el porqué.
Al final de este destierro
sólo existe una verdad:
que aun siendo vuestros siervos
moriréis en soledad.
Soñar sus sueños
es caminar hacia atrás
arrastrando los pies,
tal vez, la rabia nos haga creer
en secuestrar
a la oportunidad de ser
hombres de bien
que, una vez,
decidieron perder.
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11. |
Tragicomedia
02:42
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Tragicomedia
Se apagó la luz, dos millones de promesas,
un solo ataúd devuelve a la certeza
de esconder el sueño,
de ser tragicomedia,
de vivir por ti.
Pasando páginas:
lobos que no paran de aullar su final.
Sed de venganza alrededor de un amor
que robó al tiempo su puta pasión;
y un bonito rencor entre los dos.
Se encendió el terror, ni una sutileza,
en la habitación corren vientos de tormenta,
silencio en la ciudad amamanta mis sospechas
de vivir sin ti.
Pudimos escapar de aquellos que dirán
que los errores silban como el viento
y, en la parte de atrás, los sueños dormirán
a la espera de otro nuevo intento.
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